En la casa de la familia Eulalia Juárez en Los Ángeles, se puede escuchar la siguiente combinación de dos idiomas, inglés y español.
“Me pasas la(*) ketchup”, le dice Estella a su hermana mayor.
“Pero estás más cerca, no seas huevona(*)”, respondió Dania.
Las distintas combinaciones de lenguajes han existido en la cultura estadounidense desde sus comienzos. Ya sea mezclando inglés y español o inglés y mandarín o español y tagalo, los inmigrantes lo han hecho a lo ancho y largo del país por motivos prácticos, sociales y personales. Desafortunadamente, hay quienes consideran los idiomas híbridos, como el spanglish, como un signo de pereza o mala educación.
“¿Qué le dirías a la maestra si estuvieras en mi situación?”, dice Eulalia Juárez, la madre de Dania y Estella. “¿Qué le dirías cuando diga que yo les contamino su inglés a mis hijas porque les hablo en español?”
Según un estudio reciente del Pew Research Center, aproximadamente siete de cada 10 latinos de 16 a 25 años usan el spanglish en sus conversaciones diarias. Los latinos que participaron en la encuesta eran bilingües y descendientes de inmigrantes.
Pero, ¿qué tiene de malo hablar spanglish?
La respuesta es nada. No tiene nada de malo, dice el Dr. Malcolm Finney, antiguo profesor de lingüística en la Universidad de California en Long Beach. Al contrario, hay una serie de beneficios en aprender más de un idioma mientras se crece.
“Algunos padres piensan que es mejor que los niños crezcan hablando solo inglés para que después puedan aprender el idioma del hogar. Pero eso no suele funcionar”, dice Finney. “Cuando llegan a la edad en la que los padres les tratan de inculcar el idioma del hogar, los niños ya han crecido principalmente monolingües y monoculturales y les es difícil. Para un niño pequeño, es más fácil crecer bilingüe y bicultural que para un individuo mayor”, agrega. Cuanto más jóvenes sean expuestos a múltiples idiomas y culturas, más probable es que las puedan asimilar.
Los enfermos de Alzheimer que son bilingües tienden a ser diagnosticados con la enfermedad 4,3 años más tarde que los pacientes monolingües, según informes de la Academia Estadounidense de Neurología. De igual manera, los bilingües presentaron los síntomas de la enfermedad 5,1 años más tarde que los monolingües.
Para Christopher Rosales, profesor de Estudios Chicanos en la Universidad Estatal de California en Long Beach, la frecuente imagen negativa del spanglish en Estados Unidos se puede atribuir en parte a la representación negativa de los latinos en películas y programas de televisión.
La presencia latina en los medios de comunicación estadounidenses se limita con demasiada frecuencia a quienes viven en barrios urbanos donde se habla spanglish libremente, dice Rosales. Estos vecindarios son presentados como plagados de delincuencia, sucios y peligrosos, como resultado tácito de factores sociales, económicos y ambientales inapelables. Que el spanglish tenga poca relación con el crimen se pierde o se oculta en los guiones de Hollywood.
“Esos personajes terminan hablando spanglish probablemente porque son representaciones estereotipadas, genéricas e improvisadas de un área donde la mayoría de la gente habla spanglish”, dice Rosales. “Eso genera el estereotipo de que las personas que hablan spanglish probablemente son sin educación, que pertenecen a la cultura gangbang. Pero eso es invertir la lógica. La realidad es que solo que los medios solo muestran a aquellos latinos provenientes de esta área y por eso el conjunto de la población cree que los hablantes de spanglish son así, negativos”.
A pesar de la existencia de estos estereotipos, dice Rosales, recientemente parece haber un cambio en la literatura y las películas respecto a la forma en que representan a quienes hablan spanglish.
Se han producido películas y series de televisión latinas con gran presupuesto, como “In the Heights“, la adaptación cinematográfica de Jon M. Chu del musical de Lin-Manuel Miranda, ganador de un premio Tony, donde se retrata a personajes de la clase trabajadora como Usnavi y Daniela, que cambian constantemente entre inglés y español mientras hablan con personas de su vecindario. Y el personaje de Nina Rosario ofrece a los espectadores una mirada al interior de un personaje puertorriqueño de segunda generación, la primera de su familia en ir a la universidad: a Stanford
Además, autores como Ilan Stavans, han estado traduciendo historias originalmente escritas en inglés o en español al spanglish. Su trabajo más reciente es “Alicia’s Adventuras en Wonderlandia“.
Rosales considera que la educación multilingüe ayuda a combatir las connotaciones negativas asociadas con los idiomas híbridos nacidos en la calle como el spanglish.
“Todo lo que se necesita es un instante en el que nos enamoramos del hecho de hablar en otro idioma con otro ser humano para que de esa manera nos demos cuenta de que los idiomas no constituyen ninguna amenaza”, dice Rosales.
“La implementación de la educación multilingüe universal en nuestro país puede significar un importante paso hacia la equidad”, agrega, “al vernos como iguales y tratarnos como parte de la misma raza humana”.
(*) En español en el original inglés.