El secretario de Educación Miguel Cardona, fue muy claro: el congelamiento de los pagos de préstamos estudiantiles que duró años está llegando a su fin.

“El período de emergencia llegó a su fin y en consecuencia estamos preparando a nuestros prestatarios para poder reiniciar el proceso”, testificó Cardona la semana pasada durante una audiencia del Comité de Asignaciones del Senado federal. El “período de emergencia” al que se refirió Cardona era la emergencia de salud pública por la pandemia de COVID que expiró recientemente. Si bien esa designación de emergencia incluyó varias iniciativas, precisamente la congelación de los pagos de préstamos estudiantiles no fue tan ampliamente reportada.

Bajo esa designación, los pagos de préstamos estudiantiles (y cualquier interés que se hubiera devengado) se han interrumpido. Esta disposición fue extendida nueve veces, primero bajo la administración de Trump y luego bajo la de Biden. Durante un poco más de tres años, los prestatarios no tuvieron que hacer pagos.

Durante la sesión, Cardona les dijo a los legisladores que el Departamento de Educación espera comenzar a cobrar los pagos de préstamos estudiantiles a fines de junio. Y si bien algunos esperaban que una extensión adicional del congelamiento de pagos fuera posible, esto no parece estar sucediendo. Cardona agregó que, no obstante, los pagos se reiniciarían a más tardar 30 días después de una decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos (SCOTUS)  sobre la propuesta de la administración Biden de perdonar hasta $20,000 en las deudas de prestatarios calificados.

En argumentos que el tribunal supremo escuchó en febrero en dos casos que desafían la autoridad del Presidente para perdonar los préstamos, los demandantes argumentaron que es competencia del Congreso, no del poder ejecutivo, supervisar los asuntos financieros federales. También afirmaron que eliminar cualquier tipo de dinero bajo una emergencia de salud pública, como propone el presidente Biden con la condonación de préstamos estudiantiles, no es parte del poder presidencial.

Se espera una decisión de SCOTUS antes de que la corte concluya su temporada de sesiones de cara al verano. En vista de la absoluta conservadora de la corte y con base en comentarios que los jueces profirieron durante los alegatos orales, sería francamente sorprendente que el tribunal fallara a favor de la propuesta de la administración Biden. Y si bien algunos activistas sugieren que el Presidente proponga la misma iniciativa pero basada en la Ley de Educación Superior, lo que según ellos le daría a la administración un margen legal más amplio, por el momento eso no ha ido más allá.

Cardona testificó ante el Congreso que espera que se produzca un “reingreso suave” al pago de los préstamos estudiantiles, pero sin ofrecer detalles concretos. 

Entonces, ¿qué significa todo eso para los estudiantes latinos que deben estos préstamos? Mucho. .

Casi el 70% de los prestatarios de estudiantes latinos tienen deudas activas, según un informe de Education Data Initiative, según el cual los prestatarios latinos son “los más propensos” de cualquier raza o grupo étnico a retrasar su matrimonio y a tener hijos debido al peso que los préstamos estudiantiles ejercen sobre sus vidas. Son los segundos más propensos (después de los afroamericanos) a pedir grandes sumas prestadas a los prestamistas privados: cerca del 70% de los estudiantes latinos que se dirigen a prestamistas privados obtienen préstamos de $40,000 o más.

A diferencia de otros tipos de deuda, los préstamos estudiantiles no se borran hasta que se cancelan por completo. Incluso el Servicio de Impuestos Internos (IRS) tiene una “fecha de vencimiento del estatuto de cobro” según el cual el cobro de una obligación tributaria generalmente vence después de 10 años. El IRS tiene no más de una década para cobrar impuestos no pagados. Pero después de este plazo, la deuda se elimina de la cuenta del contribuyente. No es el caso de los préstamos estudiantiles. Los préstamos estudiantiles ni siquiera pueden eliminarse al declararse en bancarrota.

Quedan para siempre y eso no es bueno, según los que proponen cambios a los programas de préstamos estudiantiles.

“Agregan todo tipo de tarifas; de pronto uno se da cuenta de que debe mucho más de lo que era el préstamo original y no se puede declarar en bancarrota como lo podría hacer con otras deudas. Los estudiantes desprevenidos caen en los mercados de préstamos comerciales, con una deuda de la que a diferencia de todos los demás instrumentos financieros; no pueden deshacerse declarándose en quiebra ”, dice Roberto Quiñones, un asesor de Washington, D.C.

“Anteriormente, si alguien necesitaba ayuda financiera para los estudios, existían varias formas de pagarla, como los programas universitarios que permiten a los estudiantes trabajar a tiempo parcial mientras asisten a la escuela, así como otros medios. Los préstamos no eran una gran parte de la ayuda financiera. El título universitario no dependía de esos préstamos”. 

Cuando el gobierno federal entabló demandas contra universidades con fines de lucro por prácticas engañosas, incluso usurarias en sus préstamos a los estudiantes, nada hizo con las universidades sin fines de lucro, que son la mayoría de las instituciones de educación superior en EE.UU., añade Quiñones.

“La Universidad (imaginaria) de Podunk puede otorgar una maestría en tejido de canastas bajo el agua y prometer que el título proporcionaría un empleo que pague centenares de miles de dólares por año, pero ¿quién les lleva la cuenta? Pero las universidades (sin fines de lucro) reciben mucha ayuda estatal o federal y deben ser capaces de rendir cuentas”, agregó.

Quizás porque sea el estado con la mayorp población del país, California tiene la deuda de préstamos estudiantiles más grande del país, unos 141.800 millones de dólares, según información del grupo internacional de análisis e investigación de datos WordsRated. En otras palabras: los residentes de California deben casi el 10% del total de las deudas de préstamos estudiantiles en EE.UU..

Algunos gobernadores han dicho que llegado el caso gravarán impuestos sobre cualquier parte de la deuda que sea perdonada, como si fuese ingreso regular. Pero el gobernador de California, Gavin Newsom, promulgó recientemente una ley que declara libre de impuestos los préstamos estudiantiles perdonados para los residentes del estado. Esto incluye tarifas no pagas que las escuelas perdonaron, y constituye un verdadero alivio para los estudiantes prestatarios en el estado.

Pero existe un problema adicional: desde el inicio la pandemia del coronavirus, la inscripción universitaria ha bajado, en parte debido al costo de los estudios. Un informe de la National Student Clearinghouse, una organización sin fines de lucro,  demuestra una caída en la matriculación por tercer año escolar consecutivo. En comparación con 2019, hay casi dos millones menos de estudiantes matriculados en colegios y universidades tradicionales.

Algunos prestatarios se resignan a llevar la deuda del préstamo estudiantil literalmente hasta el final de los tiempos.

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Raised in Puerto Rico, Patricia Guadalupe is a bilingual multimedia journalist based in Washington, D.C., covering the capital for both English and Spanish-language media outlets. She is also an adjunct...